Cuánto

Gracias a todos los que, incluso en momentos tan dramáticos, nos regalan una sonrisa francaCuánto se va a alabar el papel de la familia, de los amigos y de la comunidad, en el sentido mas primario

Cuánto se va a escribir sobre este episodio, sobre su origen, su dimensión y complejidad, sobre la tremenda batalla entre derechos individuales fundamentales y el bien común que ha generado, sobre la enorme desigualdad social que el ajetreo de las ciudades disimulaba, sobre el sufrimiento que trajo el confinamiento, sobre la profundidad de ese sufrimiento en las vidas más débiles física, mental y económicamente, sobre las consecuencias psicológicos y físicas de esta privación de libertad para quien se quedó encerrado con el horror que se escondía tras su puerta, para quien vivió cada minuto con el miedo real a verse sin sustento alguno o para quien no pudo despedirse de un ser querido que perdió esta batalla.

Cuánto se va a debatir sobre nuestra respuesta como Estado, sobre lo que esta pandemia nos muestre de nuestro modelo de progreso, económico y social y de los de otros países afectados, de lo que resulta necesario protejer, y potenciar, firmemente y sin complejos y de lo que este país puede, y no puede, permitirse o sobre lo que queda en el sentir ciudadano cuando las agradables y seguras formas de vida que ofrece España se eliminan de la ecuación.

Cuánto se va a alabar el papel de la familia, de los amigos y de la comunidad, en el sentido mas primario, cuando el mundo se abre bajo nuestros pies, cuánta va a ser la valentía, individual y colectiva, que este desafío nos va a permitir identificar y cuánto el protagonismo que van a recuperar aquellas cosas a las que la velocidad que llevaban nuestras vidas hasta hace dos semanas les habían restado espacio pero no valor.

Cuánto se va a demostrar que esta situación tiene un aspecto positivo, el de ser un excelente punto de partida para una profunda, leal y serena reflexión sobre el tipo de país que queremos ser a partir de ahora, sobre como queremos que nos encuentre el próximo golpe y sobre que valores, fortalezas y activos queremos que sean la base sobre la que volver a levantar la dimension económica, laboral y social de España tras esta inmensa y tristisima caída. Y, por supuesto, cuánto se van a tener que agradecer los heroicos sacrificios físicos y mentales del colectivo sanitario, la entrega de miles de trabajadores de residencias de ancianos y su cariño hacia nuestros mayores, el esfuerzo contrarreloj del mundo científico para darnos armas, el leal servicio de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, de nuestro Ejército y de los funcionarios de prisiones, la generosidad de quienes, sin estar obligado a ello y de forma gratuita, pusieron su ayuda, su talento o su dinero a disposición de esta lucha, la grandeza de quienes protegieron a sus trabajadores hasta donde sus posibilidades alcanzaron y la responsabilidad de quienes entendieron la envergadura de esta situación y actuaron en consecuencia. A todos, gracias, muchas gracias y eternamente gracias.

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