Él y lo suyo

Cada cierto tiempo saldrá un nuevo libro o similar sobre los Beatles, o sobre algún beatle, mejor o peor, y eso lo tenemos que celebrar

Puntualicemos: Cada cierto tiempo saldrá un nuevo libro o similar sobre los Beatles, o sobre algún beatle, mejor o peor, y eso lo tenemos que celebrar. Pero, ojo, hay que distinguir entre memorias o biografías con chicha y limoná y libros para fans, donde hay poca chica y menos limoná. La traducción de I, me, mine, la autobiografía (¿?) de George Harrison que acaba de salir a bombo y platillo es de lo segundo más que de lo primero. Es el gozo en el pozo, el agua de borrajas, la decepción negada del infeliz fan para el que es importante cada pedo que se tiraron cada uno de los Beatles (hay una página de Facebook dedicada exclusivamente a lo que hicieron los Beatles incluso después de su separación cada día de su vida). Todo el tocho ladrillo se resume en unas pocas memorias dictadas con poco o ningún interés, montones de fotos a toda página con poco pie (de foto) y lo que medio justifica el resto de las 577 páginas (chúpate esa) del libraco son letras originales y traducciones dignas de todas las canciones que escribió Harrison (con o sin los Beatles, antes o después, que inteligentemente escabulló a la propiedad común beatle y por cierto, así no perdió los derechos, no como todas las de Lennon/McCartney), con comentarios del propio susodicho y facsímiles de los garrapateos de las libretas donde se escribieron. Eso ya para un beatlefan pirado es oro puro a precio de ganga, pero no lo llamen autobiografía o memorias, llámenlo timo. Hablando del susodicho siempre me ha parecido (con perdón) el más tonto de los Beatles. Lennon y McCartney de dedicaron a autosantificarse y glorificarse por los siglos de los siglos, Starr se dedicó a pegarse la vida padre (y aún sigue) y el susodicho se dedicó básicamente a calentarse la cabeza. Que si mahesi yogi, tantra, visnhu, sitares y laberintos mentales sobre la religión, el Dios, la Dios y el sinDios. Se pasó toda la vida de beatle quejándose de que Lennon-McCartney apenas le dejaban meter canciones en los discos y una vez que tuvo todos los discos para el solo se explayó, sí, se explayó, pero tampoco fue para tanto. Casi le doy la razón a Lennon y McCartney. Y si no escuchen sus discos con un poco de mente crítica y escuchen los de los Beatles y los de Lennon y McCartney. Y yo me pregunto soberanamente, en estos tiempos de crisis y escasez que viene durando ya va para toda la vida ¿para qué me gasto yo unos puñeteros 44 euros?

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