Historia de la patraña

Para conocer la alquimia hay que conocer la astronomía y para conocer la astronomía hay que conocer la astrología

Como es bien sabido por los curiosos impertinentes, uno, dos, a lo más, recientemente he visitado tierras cordobesas y concretamente Córdoba capital y en ese sofocante mundo y en apenas dos días de visita hay para cientos de artículos, cientos de mundos, miles de detalles. Al final de cientos de metros caminados sobre cantos rodados y adoquines huérfanos de tráfico rodado recalamos en uno de los pocos lugares de visita que abre por las tardes en los festivos días de agosto. En concreto el museo de la Alquimia se llama y uno espera un viaje por la historia de la alquimia, rememorando errores de concepto que luego se corrigieron con la llegada de la química como ciencia, pero oh error, dicho museo, que además se anuncia por doquier como otro museo más de Córdoba, abunda en el error manteniendo todas las patrañas alquimistas como si nunca hubiera avanzando la ciencia y no se hubiera establecido como lo que hoy conocemos como química. Y todo bien mezclado con los conocimientos del mundo árabe de la época de Al-Andalus y una tablet-audioguía donde te cuentan todos los rollos posibles a ver si algún incauto se los cree y piensa que todo eso tiene algo cierto en el momento actual. Como siempre hay alguien, o seguramente muchos, dispuestos a creer cualquier cosa antes que abrir un libro aunque sea de muy básica ciencia pues este tipo de museos-fraude tiene cabida en el entorno adecuado y con toda la aparamenta y escenificación idónea. Las relaciones entre el hígado y Saturno (quién no las conoce por favor), la exposición de compuestos más que conocidos por la química más básica con nombres y propiedades extrañas y los vídeos aleccionantes donde se dice que para conocer la alquimia hay que conocer la astronomía y para conocer la astronomía hay que conocer la astrología y así, zarandaja tras zarandaja, se justifica el cobro de una entrada-engaño en una más que exigua visita que se puede prolongar todo lo que quieras si escuchas con atención todas las alocuciones de la tablet-audioguía y además, no te lo pierdas, cuenta con una pequeña sala para asistir a cursillos y adentrarse en el hermético mundo alquimista y sus secretos, que por supuesto no conocen los científicos más reputados. Para sufrir más pavor o sucumbir al fin a sus encantos, prueben a visitar su página web o miren los videos que se pueden encontrar en youtube. Sapos y culebras, todo mezclado en un crisol.

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