Igualdad, derecho irrenunciable

Respetar al otro, no porque pensemos cómo él, sino porque el otro es como yo, otro ser humano

Estimados y apreciados lectores y lectoras de este plural e independiente Diario de Almería. Vamos a comenzar el verano y no se espera que la pasión política vaya a reducir su impronta por motivos estivales ante las elevadas temperaturas que acechan al asimétrico y cervantino país, en donde el fútbol y los programas televisivos de frivolidad son la triste cuna de la socialización intercultural.

Fundamental de quienes accedan a la gestión y gobernanza pública con vocación política es tener un estilo de ser y de pensar. Consiste éste en el respeto al otro, no porque pensemos cómo él sino porque el otro es como yo, otro ser humano. Y la persona no es respetable porque piense como yo sino porque es ser humano. Más aún, el hecho de que discrepe en el modo de pensar es toda una ventaja, pues permite enriquecer el propio punto de vista.

Durante dos días he asistido a unas Jornadas sobre "Igualdad, Derecho irrenunciable en el siglo XXI" organizadas por la Fundación Justicia Social en el Ateneo madrileño, templo de la palabra, entendida de la manera más noble, como diálogo tolerante, de comprensión profunda de uno mismo y de los otros; por consiguiente de tolerancia. Y te das cuenta, que el otro es necesario para caminar hacia la verdad, debiendo de dejar de lado cualquier dogmatismo que suponga un eclipse a la capacidad de escuchar, debiendo volver al perspectivismo, ya que quien cree tener toda la verdad no necesita a los demás, siendo esto un paradigma inhumano de imposibilidad absoluta.

Las Jornadas llevadas a puro y debido efecto con un soplo espiritual academicista han asistido operadores jurídicos laboralistas de toda España, especialmente Graduados Sociales, tratando asuntos como la implementación de los protocolos de acoso en las empresas, la igualdad de oportunidades en la agenda política, el principio de igualdad y no discriminación, la brecha salarial, el acceso a la Función Pública, etc. Un programa impregnado desde la libertad de cátedra en concurrencia con la praxis empírica y la realidad a pie de calle con el objetivo principal de reflexionar e ir avanzando en la plenitud de la igualdad para que no existan diferencian por cuestión de género.

En conclusión, podría aplicarse a las Jornadas con toda propiedad la famosa sentencia de Terencio "Homo sum, et nihil humano a me alienum puto", hombre soy y nada humano puede serme ajeno.

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