Libertad LIBERTAD

Felicito a los que no se les ha caído la palabra 'LIBERTAD' de la boca durante muchas semanas

M E gusta la libertad y me gusta la gente que lucha por la libertad de la gente. Por lo que se pudo ver en recientes elecciones no estoy solo; hay muchas personas a las que les gusta la libertad y eligen a los que la defienden. O a los que "dicen" que la defienden. Es bien cierto, además, que la lucha por la libertad, por eliminar tanto la esclavitud como el sometimiento no es de ahora. Forma parte de una serie de acciones que parecen hacernos cada vez más libres. Felicito, por tanto, a los que no se les ha caído la palabra "libertad" de la boca durante muchas semanas. No obstante, y para no parecer un palmero creo necesario plantear algunas preguntas. Mejor una sola pregunta. "Libertad ¿para qué?" (no precisamente en el sentido de Lenin, sino" ¿para hacer qué cosas?") Durante la campaña electoral de las autonómicas de Madrid, y desde mucho antes, se iba diciendo que había que luchar contra un gobierno que ponía límites a nuestra vida, que ponía cortapisas a que entráramos y saliéramos y, sobre todo, porque no nos dejaba tomarnos una cerveza o un "vermú" en una terracita. Por lo que se ve, claramente un estado "opresor". Sin embargo, me llama mucho la atención que esos mismos "luchadores" se muestran totalmente contrarios a otra importante serie de reivindicaciones a las que se oponen frontalmente. Cuando se trata de generar nuevas formas de vivir que no encajan con su estrechez de miras; cuando se habla de una ampliación de la capacidad de tomar decisiones, entonces el "no" es rotundo. En sus albores se negaron a aprobar la constitución, madre de las libertades, que ahora dicen defender. No quisieron aprobar la ley del divorcio, germen de liberación de la personas. No quisieron saber nada y se opusieron a la ley que autorizaba el aborto, el derecho a decidir. Y en el presente rechazan nuevas formas de familia y el reconocimiento de derechos básicos para los homosexuales, y en general para el colectivo LGTBI. Y uno piensa que esos adalides de la libertad consideran que ese tipo de cuestiones no van en el camino de la defensa de la libertad porque no se ajustan a los estándares de normalidad que aquellos consideran inalterables. Y a uno le sigue dando por pensar: "pero ¿qué es para ellos la libertad?". ¿Hablan de "LA libertad" de todos, también de los otros, o hablan solo de "MI libertad", la de ellos? ¿Hablan de "libertad" o de "LIBERTAD"? ¿No incurren en una contradicción flagrante?

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