Información, material, test y dinero: esta es la primera ayuda que necesitan los ayuntamientos por parte de la Junta de Andalucía para luchar contra la pandemia. Sin embargo, por desgracia lo único que estamos viendo es mucha propaganda.

El Gobierno de España trabaja lealmente con la Junta de Andalucía y le ha aportado toda la información, grandes cantidades de material, test y dinero por cuantía superior a varios centenares de millones de euros. Sin embargo, los ayuntamientos se están encontrando con un cortafuegos para poder atender los problemas de sus vecinos: la Junta de Andalucía les niega la información sobre positivos en los municipios, pese a que en los contenedores de basura hay residuos de personas con positivo en covid-19 que recoger, personas con positivo en covid-19 a las que les cuesta responder al teléfono para ser controlados por los sanitarios, o que viven solas y no deben salir a comprar.

Los ayuntamientos necesitan que se hagan test a los empleados municipales, a personas relacionadas con positivos en covid-19, y necesitan material de protección. Sin embargo, se encuentran con que, del material que ha comprado la Junta de Andalucía o que le ha dado el Gobierno de España a la administración autonómica, poco o nada les hace llegar Moreno Bonilla.

Los ayuntamientos han tenido que fabricar o comprar mascarillas, con la excepción de las 200 o 300 que les entregó la Diputación Provincial. Mientras otras diputaciones han comprado grandes cantidades de material, la de Almería ha comprado una cantidad a todas luces insuficiente. Para una población similar, Jaén compra 1.200.000 mascarillas y Almería 150.000. Esa es la proporción. Sin ruido ni fotos, el Gobierno de España ha repartido a día de hoy mucho más material en Almería a los ayuntamientos que la Diputación o la Junta.

Con 300.000 euros para 60 pueblos, de los varios centenares de millones de euros recibidos del Gobierno de España, la Junta piensa que ya ha arreglado el problema, dejando sin un euro a los municipios de más de 1.500 habitantes y haciendo un reparto más que cuestionable en los de más de 20.000 habitantes. Y esto es lo que tenemos. Por eso quiero insistir en la necesidad de que fluyan la información, el material, los test y el dinero para los ayuntamientos. Seguimos.