Tras la celebración el pasado día 24 de septiembre de la festividad de la Virgen de la Merced, excelsa patrona de la Comunidad Penitenciaria, nos llega el próximo sábado, 2 de octubre, el mes del Santo Rosario, la festividad de los Santos Ángeles Custodios, Patrón del Cuerpo Nacional de la Policía y, también, dicho patronazgo es acogido en los Cuerpos de la Policía Local, y que en esencia se conmemora a estos incorpóreos ángeles de la guarda que siempre protegen, asisten y aconsejan a los Policías Nacionales en su quehacer y compromiso profesional adquirido con la ciudadanía y con el ordenamiento jurídico.

Debemos de decir de forma fehaciente, notoria y pública, el loable y plausible trabajo que desarrollan los Policías Nacionales, los cuales han contribuido a que España sea una de las naciones democráticas más seguras a nivel internacional, por lo que, son un referente institucional para toda la sociedad española, al ser garantes de nuestra seguridad y defensores de nuestros derechos y libertades constitucionales, pilares básicos de un Estado de Derecho.

España sabe muy bien el esfuerzo de adaptación que han tenido que realizar los Policías Nacionales para adaptarse a las nuevas situaciones de vulneración de nuestras leyes, dando respuestas con celeridad, eficacia y eficiencia a la nueva tipología de ilícitos penales, de ahí que, junto con la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas, sean las instituciones que despiertan más afecto y respeto y que transmiten más tranquilidad y confianza al pueblo español.

No creo que sea excesivo decir en estas líneas, sobre todo ante las circunstancias dramáticas que estamos viviendo, que la seguridad de la sociedad civil es el principal activo de un territorio, sí queremos continuar con la calidad de vida, libertad y democracia, que influyen de forma decisiva en el desarrollo y progreso socio-económico de toda España como proyecto común de convivencia.

Pero, hay que destacar, que los Policías Nacionales con su sentido de vocación de servicio público, no solo son relevantes tareas en la prevención de la delincuencia y el mantenimiento de la seguridad ciudadana, sino que, además de ello, son un pilar fundamental de su actividad es la ayuda humanitaria, el servicio de ayuda, asistencia y auxilio al ciudadano, tal y como se ha demostrado durante la pandemia sanitaria y en todas las situaciones de catástrofes ocurridas en nuestro país, siempre en primera línea de acción. Paz y Bien.