Luces y razones

Antonio Montero Alcaide

Sueños esféricos

Sueños esféricos

Sueños esféricos / Javier Alonso

La popularidad del fútbol resulta extendida y, por eso, tampoco faltan detractores. Puesto que se trata de una práctica y de un juego deportivos, bastante distinto resulta el fútbol profesional del practicado sin más pretensiones que las de compartir un buen rato quienes jueguen un partido. Animan el fútbol de las competiciones nacionales muy nutridas y alentadoras aficiones, en las que no faltan, ay, las secciones ultra. Y este vínculo estrecho y casi vital con los colores del club se acerca, filosóficamente, a categorías ontológicas que parecen ajenas al fútbol, pero no lo son. Se ocupa la ontología del ser en general y de sus propiedades trascendentales, y ser de un equipo tiene, para los aficionados más fervorosos, esa propiedad metafísica -otra vez las cualidades del ser- que parece caracterizarlos con rasgos más marcados que los de otros atributos del propio ser. Así, los sueños esféricos toman forma de crecidas expectativas de victorias -sobre todo si se consiguen ante equipos directamente rivales-, trofeos en las vitrinas del club, futbolistas estrella en las alineaciones o fichajes de relumbrón. Y se desvanecen, o acaban en pesadilla, cuando llevan al descenso de categoría. Mejor, entonces, los sueños con una pelota vieja y una portería marcada con dos piedras en un descampado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios