Trifacho: Vox, PP y Cs

Habrá que estar combativos a fin de que el marxismo social y cultural fracase en alcanzar espacios de gobernabilidad

Como ya saben, estimados lectores, el eximio Pedro Sánchez anunció, sin bombo ni platillo, el pasado viernes de carnaval, la convocatoria de elecciones generales para el pascual día 28 de abril. El político que con ademanes compulsivos nos amenizó, a una parte de los españoles, durante ocho meses prometiéndonos que convocaría elecciones tras la moción de censura al ínclito Rajoy, y que tras atrincherarse políticamente en la búnker de la Moncloa, entre viaje va, viaje viene, ha tirado la toalla, víctima de su narcisista y ególatra ambición política. Este político, desde que llegó con una moción de censura contra naturam, ha fragmentado al centenario Psoe e incluso a los españoles de a pie, muchos de ellos fieles votantes, al empeñarse en gobernar España con una alarmante minoría desavenida y mirando a un equívoco y trasnochado pasado sin importarle el precio a pagar, pactando con enemigos declarados de la Constitución y del Estado, golpistas y filoterroristas, cuya única razón de ser es dinamitar nuestra Nación. No percibo un futuro nada halagüeño con tanta cita electoral. Basta hacer un seguimiento a través de los medios de comunicación y redes sociales. A pesar de todo, tendremos que estar animados y estar activos y combativos durante el período preelectoral los llamados "trifacho" por TV3 - Vox, Pp, Ciudadanos-, a fin de que el marxismo social y cultural fracase en sus propósitos de alcanzar nuevos espacios en la gestión y la gobernabilidad de las distintas instituciones públicas, especialmente a nivel del Estado, para que quien sea presidente del Gobierno, diciendo sí, no, una línea y una meta, se comprometa a cambiar las cosas públicas y a derogar las leyes que se han impuesto en España, las cuales no benefician en la concordia ciudadana y la paz social como un país. ¿Por qué habrá escrito un libro estando de Presidente?, por vanidad, por inseguridad, por satisfacción, por pasión ciega y creadora, por amor a la verdad, que siempre es la verdad de uno. Por amor a la belleza, que también - ay- es siempre la de uno, la que uno puede ver. Debe ser apasionante desde la Moncloa emular en esta quijotesta o pancista España a los egregios escritores y poetas españoles de talla universal. En fin, casi todo el que escribe quiere quedar como estatua municipal, como rotonda pública, como salvador de la Patria en una transvaloración de todos los valores. ¡Viva España!

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