Putin nos ha avisado de que ha reclutado a dieciséis mil "voluntarios" sirios para contribuir a la ocupación de Ucrania. A los que ya no peinamos ni canas nos ha traído a la memoria los voluntarios que se trajo Franco de Marruecos cuando la Guerra Civil, para meternos en cintura. Y a fe que colaboraron sembrando el terror, como cuenta la Historia y como algunos ciudadanos centenarios recuerdan todavía con horror. Como todavía no hemos visto señales de los sirios de Putin, no sabemos si serán tan crueles y sanguinarios como los moros de Franco. Es más, tampoco sabemos si son reales o una nueva trola para acojonar. Los moros españoles, una vez acabada la Guerra Civil, se quedaron y formaron un cuerpo que era una mezcla de guardia de corps y de figurantes de películas históricas de Samuel Bronston. Su equipamiento era muy vistoso, una gran capa blanca, turbante rojo y ropas también rojas, azules o rojiblancas, según la sección a la que pertenecían. Los había de a pie y de a caballo. Estos últimos llevaban en los desfiles lanzas con banderines. Lo mismo que los que hacían guardia en la puerta de la residencia de su excelencia y en las recepciones oficiales. Ofrecían un contraste muy grande con la ropa con la que vestían y desfilaban los soldados autóctonos: una guerrera y un pantalón de paño grueso (llamado "uniforme de granito") tanto en invierno como verano. Alguno de los arriba firmante lo ha sudado varios meses. No sabemos si será coincidencia el hecho de que los colores del uniforme de paseo de la guardia mora montada -rojo y blanco- sean los mismos que los del equipo de fútbol de la capital, que ha cambiado cienes de veces de nombre pero nunca de colores. El caso es que la fundación del Club Atlético Almería tuvo lugar en 1947, en pleno apogeo de la repetidamente mentada Guardia Mora. O sea, que a lo mejor no es una coincidencia sino una decisión motivada. Lo que está claro que es un error es vincular esos señeros colores del club con el hecho de que el actual propietario sea árabe. Porque además no es marroquí, sino saudí. Claro que, también podría haber optado por cambiar esos colores igual que ha cambiado el nombre del estadio, y no lo ha hecho, Rizando el rizo de las teorías majaderas que estamos manejando, podría pensarse que el jeque ha dejado los colores porque le gustaba el uniforme de la Guardia Mora. Que no se diga que no aportamos cipotás al divertido mundo de las teorías conspiratorias.

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