La tapia con sifón

El lujo vende

En Jerez se han convencido de que sus vinos, tan especiales, tan admirados y premiados, merecían ser más consumidos

Por fin parece que en Jerez (Sanlúcar y El Puerto, incluidos, claro) se han convencido de que sus vinos, tan especiales, tan admirados y premiados en todo el mundo, merecían ser más consumidos y, para ello, muchos opinábamos que tenían que ir a por el mercado del lujo. Que el sector del lujo crece en las épocas de crisis económicas es algo que comprobamos cada día, especialmente desde 2008 hasta hoy. Ferrari tiene una lista de espera de 30.000 clientes para una producción anual de 13.000 coches. Como para bajar los precios. Y lo mismo se puede comprobar de LVMH y similares colegas de “infortunio”. El caviar beluga que la Piscifactoría de Riofrío sacó como novedad el año pasado, a más de 8.000 euros/kg, se lo quitaron de las manos.

En Jerez empezaron hace tiempo a configurar una gama de grandes vinos bajo las siglas VOS (más de 20 años de crianza) y VORS (más de 30). Pero las aplican a los vinos de crianza oxidativa –olorosos y PX- o mixta –amontillados y palos cortados- a precios que pueden llegar a más de 300 euros en casos muy especiales. Lo que no me esperaba es que hubiera ya en el mercado un fino a 148 euros la botella; Fino Villamarta es su nombre. El primer fino de precio alto, La Panesa, me lo descubrió Ángel León en su primer Aponiente, en 2007. Me pareció fabuloso: quince años bajo velo de flor y tremendamente estable. Entonces costaba 20 euros€ y ahora está en 40. Luego probé las excelentes selecciones del Equipo Navazos (La Bota de…) y los finos selectos de varias bodegas tradicionales. Pero este Villamarta es de una bodega muy reciente, Luis Pérez, fundada en 2002. Sus jóvenes propietarios son apasionados entusiastas que cuidan sus vinos desde la selección de terrenos y viñedos, hasta las distintas añadas. Este es de 2013. No he podido probarlo aun porque quisimos comprar tres botellas para un regalo muy especial, y nos dijeron que solo nos podían mandar una. Creo que en La Costa y en Salitre también han conseguido alguna.

Los que solemos tomar jerez a diario, esperamos que también mantengan la gama “normal”, baratísima, de los finos y manzanillas de tres-cinco años de crianza –Tío Pepe, Solear, San León, La Ina...- que, como me dijo una periodista china en Madrid Fusión hace casi veinte años, es el vino ideal para las cocinas orientales. Y para casi cualquier tapa. Otro día cuento la anécdota completa.

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