UNAI Emery solía llamar a la unidad de todos los estamentos del club y para ello solía (y suele repetir allá a donde va) decir que un club de fútbol es como una mesa sostenida por cuatro patas: "Una corresponde a los jugadores, otra los directivos, otra la afición y la cuarta los medios de comunicación; si una falla, el equipo se tambalea, si fallan tres, se cae", en boca del genial entrenador. Según dijo en su día Alfonso García, el nombre de Emery salió en las conversaciones de renovación con Sergi. El presidente le dijo al catalán que hiciera como Unai, que ascendiera al equipo a Primera y que, a partir de ahí, su carrera se dispararía. Tener como modelo al Almería de Unai parecía una buena idea, aunque mucho me temo que la mesa actual está a punto de resquebrajarse. La continuidad de Sergi fue exigida y celebrada por unanimidad. O eso creíamos. Este verano, el Doctor Ríos, en una jugosa entrevista a este diario, vino a señalar que Sergi era distante y peculiar, y venía a dar a entender que eso iría en su perjuicio. De hecho, hay empleados del club que no dudan en confirmar que Sergi es "un tipo raro". Unas semanas después, y en este mismo diario, por medio de un excelente reportaje de mi compañero Paco Gregorio, vinimos a descubrir que las relaciones entre los jugadores y el técnico no eran buenas, y ya sabemos lo que ese tipo de relaciones puede tener como consecuencia. Por tanto, la pata de los jugadores lleva rota desde hace meses y la mesa se tambaleaba desde entonces. Para más inri, Sergi, como le sucede a colegas azulgrana como Guardiola o Luis Enrique, no ha aprendido la importancia de tener una relación cordial con los medios y aceptar críticas. En general, la relación del entrenador con los medios no es buena y ya son dos patas las que fallan y la mesa está a pique de caerse. Con el presidente no sé cómo andará la cosa, aunque con el desembolso que ha hecho, no creo que tenga mucha paciencia… Y el domingo la afición, con razón, ya compartió su descontento. La mesa se nos viene abajo…