Todos somos pensionistas

Si falla el sistema será por su mala gestión y gobernanza política, siendo urgente aumentar los cotizantes

A pesar de la situación anómala de sedición independentista en la comunidad autónoma de Cataluña, del continuo caldeamiento institucional con la aprobación de las cuentas generales del Estado y otras normas básicas de obligado cumplimiento necesarias para seguir avanzando atendiendo al principio de solidaridad interterritorial, la pregunta exclamativa que nos hacemos mayores y jóvenes ¡cualquiera sabe cuándo me jubile, sí me jubilo, qué cobraré de pensión y sí la cobraré!

Esta preocupación está creando una angustia generalizada, que se traduce en un desencanto psicológico y sociológico ante tal incertidumbre en un futuro presente o mediato, más aún, cuando a nivel de partidos políticos no existen unos compromisos firmes y decididos, que permitan con seguridad jurídica la sostenibilidad del Sistema Público de Pensiones, tanto de las contributivas como las asistenciales, estas últimas creciendo de forma considerable en los últimos años con ocasión de la regresión económica. Durante estos 40 años, España, que se ha consolidado como un Estado social y democrático de derecho, dos Pactos de Estado, "Moncloa" y "Toledo", marcaron un hito de gran importancia institucional en el ámbito del Derecho del Trabajo y la Seguridad Social con una serie de soluciones consensuadas entre la democracia cristiana y la socialdemocracia, que transmitieron emocional tranquilidad llegado el momento del ocaso laboral por jubilación por edad o incapacidad.

Los pensionistas somos todos y sí importante es el agua, las infraestructuras, la defensa del patrimonio, la corrupción, etcétera, es de sumo valor anímico, aminorar el angustioso pensamiento de los españoles, sin ningún tipo de elucubraciones parlamentarias para poder sobrevivir con dignidad llegado el hecho causante, y quienes tras llevar una vida cotizando no se les puede cuestionar con apologías apocalípticas, que nos vamos a quedar en la indigencia ante la inseguridad del Sistema, cuyas pensiones en caso de llegar a ellas, en muchos casos, estarán muy por debajo de los salarios que se percibían y por los cuales se estaba cotizando.

Si falla el Sistema será por su mala gestión y gobernanza política, siendo urgente aumentar los cotizantes y las bases de cotización y por ende el empleo con dignos salarios, aceptando los pros y contras del actual Sistema o estaremos abocados a un colapso de imprevisibles dimensiones sociales.

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