Un regalo mal aprovechado

Hasta una vaca cabreada le ha escrito a Garzón una imaginativa carta. (Vozpopuli, 5-1-22)

Menudo regalo mal aprovechado ha resultado la entrevista que el histórico diario The Guardian le ha hecho a nuestro Ministro de Consumo.Y es que es cierto que el Sr. Garzón es dado a regalar polémicas e impactantes titulares, muchos de los cuales, estoy convencida, responden en buena medida, y consciente o inconscientemente, a la necesidad de justificar un ministerio que no debería ser tal dadas sus reducidas competencias; me viene a la cabeza, por ejemplo, la "huelga de juguetes" que se inventó para, dijo, fomentar un consumo responsable y libre de estereotipos de género y que tan escasas opiniones favorables recibió.

Pero, sentado lo anterior y leyendo el artículo sobre la entrevista en cuestión, creo que, en esta ocasión, la sangre no tendría porque haber llegado en tromba al río, como ha ocurrido, pues sus palabras, que son, efectivamente, una crítica y desprestigio, no iban dirigidas a la carne española en su conjunto sino a una forma de ganadería, la ganadería intensiva, por, argumenta, resultar más contaminante, más favorable al maltrato animal, de menor calidad y menos generadora de empleo con capacidad para fijar población a las zonas rurales, y todo ello aludiendo a un informe de activistas ambientales sobre el que el propio diario se hizo eco unos meses antes destacando que veinte empresas ganaderas de todo el mundo son responsables de más emisiones de gases de efecto invernadero que Alemania, Gran Bretaña o Francia y que los países ricos necesitan grandes reducciones en el consumo de carne y lácteos para hacer frente a la emergencia climática.

Así que sobre lo que el Sr. Garzón habló es un debate abierto a lo largo y ancho de este planeta y son unas conclusiones que gozan de un amplio consenso. Otra cosa es que se haya equivocado enormemente al enfocar sus palabras y que ello deba de ser motivo de valoración de su capacidad para el cargo pues, considere lo que considere, él está para hablar bien de España allá donde vaya (y si considera que hay trapos sucios que lavar, lavarlos en casa) de manera que, si quería hablarles a los británicos de este complicado asunto que presenta muchas más variables que los posibles efectos sobre el cambio climático en los que se centra, una forma de hacerlo respetando su cargo, y lo que implica, hubiera sido hablando en general y en positivo, esto es, hablando de una calidad superior de la carne de las explotaciones ganaderas extensivas y afirmando que nuestro concienciado sector ganadero lleva años mirando hacia ese tipo de ganadería y hoy más que nunca con la ayuda de su Ministerio. Así hubiera sumado hasta para él mismo; de la forma en la que lo ha hecho resta, y de restas ya estamos servidos en este país desde marzo de 2020.

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