Ánimas benditas en Almería

Nuestra provincia es rica en tradición oral sobre las apariciones de las Ánimas.

La fe católica sostiene que el Purgatorio es una suerte de estación donde recalan aquellas almas que aún necesitan ser purificadas de sus pecados antes de entrar al cielo. La conceptualización del Purgatorio y su doctrina formal fueron claramente articuladas en el concilio de Florencia, en 1439 y posteriormente en el concilio de Trento, en el siglo XVI. Esta creencia implica que el alma, al entrar en este lugar, está imposibilitada para salvarse y depende de los deudos, rezos y sacrificios de la comunidad cristiana para su salvación. Las almas del Purgatorio reciben las oraciones de los vivos y pueden servir de nexo con Dios al transmitirlas junto con la suyas propias. De esta relación se beneficiarían, pues, tanto los vivos como los difuntos. Desde el momento en que se definió este dogma comenzaron a proliferar capillas y ermitas dedicadas a las ánimas.

Nuestra provincia es rica en tradición oral sobre las apariciones de estas almas, en solitario o acompañadas. Y también son numerosas las manifestaciones arquitectónicas que jalonan nuestra geografía desde las Alpujarras hasta el bajo Andarax. Llama a la atención, no obstante, que en otras zonas de la provincia no encontramos esta tradición tan arraigada. ¿A qué podría deberse esta distribución?

Entre los años 1568 y 1571 los moriscos, término despectivo con el que los cristianos viejos denominaban a los descendientes de los musulmanes forzados a convertirse, protagonizaron un importante conflicto armado. La revuelta comenzó en el corazón de la comarca alpujarreña, en la madrugada del 23 al 24 de diciembre y se extendió rápidamente por el resto del sistema montañoso llegando a las áreas de Laujar, Paterna, Berja y Dalías. Posteriormente Marchena, Alboloduy, Gérgal y río Andarax abajo llegando a Benhadux. La violencia desatada fue brutal en los primeros momentos. Se saquearon casas de cristianos viejos y templos, se torturaron frailes hirviéndolos en aceite. También lapidaron, crucificaron y desollaron. Y es como consecuencia de estos asesinatos que se desarrolló tantísimo el culto a las Ánimas benditas en estos pueblos. A la mayoría de cristianos no les dio tiempo a prepararse para la muerte y arrepentirse de sus pecados por lo que la creencia obligaba a pensar que sus almas habían ido al Purgatorio. Sean creyentes o no les animo a visitar alguna de estas ermitas y disfrutar de la rica herencia de nuestra historia.

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