Huir

1. intr. Alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo, de personas, animales o cosas, para evitar un daño, disgusto o molestia

1. INTR. Alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo, de personas, animales o cosas, para evitar un daño, disgusto o molestia. 2. intr. Ir un miércoles no festivo a 100 km de distancia a subir una montaña donde hay un castillo y no hay cobertura de móvil. Pararse en la carretera a hacer fotos, cada vez más cerca del castillo. El castillo se ve a lo lejos, sobre la montaña. Para hacer fotos dejar el coche en la cuneta y adentrarse por campos y caminos, en los caminos encontrar caballos, volver al coche. Desayunar en una terraza donde un amable ciprés tapa el sol mientras tomas un café con leche intentando inútilmente que aparezca algún atisbo de cobertura de móvil. Subir la empinada cuesta y, antes, entrar a mirar en la iglesia, que temprano, celebran misa. Subir por fin la cuesta y empezar por el camino sinuoso empedrado hasta llegar a la cima donde, cerca de las 10:00 de la mañana descubres que no eres el primero sino que varios van llegando con coche porque hay una pequeña carretera sin asfaltar por donde se puede subir en coche. Hacer fotos de todo el contorno mientras llega la persona que abrirá el castillo. Pensar que habrá ya algunas llamadas de móvil sin respuesta, correos y whastapp. Ver que una persona nos abre el castillo y entramos, ver el patio principal, escuchar las explicaciones, ver cierto deterioro, subir las escaleras, escuchar como te explican que allí se ha rodado recientemente Juego de Tronos y que han dejado su huella de pequeño destrozo, escuchar que la duquesa quiere restaurarlo pero que la Junta no deja, maliciosamente pensar que es para aburrir a la duquesa y que al final se lo acabe dando a la Junta, escuchar que no se puede echar monedas al pozo, porque la suerte la tiene o la consigue, cada uno. Recorrer amplias estancias envejecidas con el suelo de cemento y los artesonados de madera rotos, ver las nobles chimeneas que calentaban las cenas de los duqueses y los marqueses, pensar que abajo estaban los soldados en el patio de armas, no comprender como al mismo tiempo podían estar soldados, duqueses, marqueses y encarcelados. Ignorar todo y pensar que es todo para ti sólo, que todo está restaurado, bellas solerías, relucientes jácenas, sobrios umbrales, aristocráticos arcos y la biblioteca llena de libros leyendo y guareciéndose de las coberturas, mirando melancólico desde las estrechas ventanas. Alejarse de todas las conexiones.

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