Juegos de guerra

Para que una cosa ocurra primero hay que imaginarla. El problema de la guerra mundial es que ya está imaginada

Atodos los ochenteros nos encanta una película que precisamente tiene el título que encabeza este artículo, WarGames en inglés. Se trata de un film donde unos chicos jóvenes se encuentran por casualidad envueltos en una posible guerra mundial. Eran los años de la guerra fría y el miedo al desastre nuclear, que era real, se explotaba tanto como hoy dia se hace con las distopías zombies. El mensaje de aquella película tenía una relación directa con la palabra juego. Las grandes decisiones mundiales, sitas en una sala de coordinación militar, estaban controladas por un ordenador capaz de pensar por sí mismo y que se ceñía a las operaciones simples de los juegos. Porque en realidad todo era un juego. Y lo es. Realmente no ha habido guerra en la historia que no se haya movido a través de estrategias planificadas en una mesa tal como un tablero de ajedrez. Y si pensamos en el presente podremos observar como el líder ruso se toma este riesgo a la ligera mientras toma decisiones superficiales en la mesa de su despacho. Prefiere que desaparezca la humanidad antes que soportar la derrota ante un pueblo con menos recursos y que repite la historia de David contra Goliat. Lo cierto es que este juego sitúa las amenazas de guerra mundial otra vez en los niveles a los que estaban cuando los ochenteros veníamos Juegos de Guerra y nos familiarizábamos con palabras como Defcon 1, Guerra termonuclear global, profesor Falken, Norad, etc. Quizás las nuevas generaciones no están familiarizadas aun con la posibilidad de la guerra mundial, algo a lo que si estábamos habituados los ochenteros que recibíamos noticias constantemente. Entonces todos sabíamos que a un colapso tan grande no sobreviviría ningún bando. Aparece esa reflexión en la película además. Cuando el ordenador descubre este axioma exclama: "extraño juego profesor Falken, la única forma de ganar es no jugar". Y parece que algo tan simple y repetido se le olvida al líder ruso de nuestro tiempo. No sabe que si aprieta ese botón rojo él también perderá la guerra. Su pueblo será aniquilado y la devastación caerá sobre la tierra como un castigo de los dioses. Ni siquiera una serie como The Walking Dead, mas próxima a la generación Z, ha sido capaz de diseñar un escenario de destrucción total como si lo hizo WarGames. Abrá que volver al "Mas cine por favor", de Baute, a ver si aprendemos algo.

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