¡Vacuna ficción!

Igual podríamos aprovechar y diseñar más vacunas contra otros males que asolan a la humanidad

Moderna, Pfizer, Oxford, AstraZeneca… Los laboratorios y sus productos estrella, las vacunas, están de moda, no hay duda. Ya se pueden incluso escuchar conversaciones en la cola del súper sobre qué vacuna preferiríamos en caso de poder elegir. Digo yo que, aprovechando el impulso que la pandemia ha generado en este campo, los científicos podrían diseñar algunas vacunas más que podrían dejar la humanidad hecha un pincel.

Le propongo a Laboratorios Temis que desarrollen la vacuna Equitativa. Se trataría de un fármaco que una vez inoculado produciría en los individuos una profunda necesidad de justicia e igualdad. El mecanismo de acción se basaría en introducir una proteína que acabaría uniéndose al gen de la codicia, inactivándolo. Así los vacunados, pasados siete días, dejarían de acaparar bienes de forma compulsiva y se mostrarían generosos con sus semejantes. Hay tantos grupos de riesgo que no sabría cuál priorizar. Pero igual podríamos poner puestos de vacunación en las fronteras andorrana, suiza, de las islas del Canal, etc. Todo el que fuera a nacionalizarse debería primero ser vacunado y guardar cuarentena. Creo que Séneca Company es la empresa más capaz de desarrollar Biblios. Esta es una vacuna que provocaría unas ganas intensas de estudiar antes de pronunciarse. Podría ser buena idea aislar porciones de ARN de grandes sabios, replicarlos en cadena e introducirlos en viales que luego serían suministrados a las criaturas que tanto lo necesitan. Así, antes de rebuznar lo primero que se le pase por la cabeza, el sujeto sentiría un prurito intenso que le haría acudir a fuentes fiables con las que formarse un criterio razonado. De toda la cantidad de personas que necesitan este avance científico empezaría, sin duda, por nuestros representantes políticos. No porque sean más tontos que la media, que igual sí, sino porque tienen siempre a mano un micro donde amplificar sus ocurrencias. Así nos ahorraríamos un montón de bochornos ajenos. Europarlamentarias europeas que reivindican que algún fenómeno atmosférico catastrófico lleve nombre masculino, diputadas que resumen 800 años de historia andalusí en dos frases de azucarillo o líderes que garantizan que Bárcenas es cosa del pasado pero ETA es de rabiosa actualidad.

Dejo para el final el ungüento del Santo Job. Si las vacunas anteriores no funcionan como esperamos que al menos nos resbale todo con proverbial paciencia.

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