Qué perro eres

¿Qué tipo de perro escogerían ser? Si responden honestamente igual descubren algo nuevo de sí mismos

Cuenta una leyenda oriental que, en los instantes de la creación, se abrió una zanja que separó a las personas de los animales. La grieta se hacía cada vez más abrupta pero, en el último momento, el perro decidió saltarla y pasar el resto de su historia junto al hombre. El perro es, con mucho, nuestra mascota preferida. Ahora hacen fundamentalmente compañía pero durante miles de años nos han acompañado y servido en multitud de tareas. Esto ha hecho que se genere un vínculo muy especial entre nuestras dos especies. Tanto que, en muchas ocasiones, nuestros perros se parecen a nosotros. Hay estudios incluso que lo avalan. Tendemos a elegir aquellos perros con rasgos similares a los nuestros. Y esto atiende tanto a las características físicas como a las comportamentales. Hoy les propongo un juego. Tengan o no chucho les invito a pensar qué perro escogerían para ustedes. O, mejor aún, si ustedes mismos fuesen cánidos de qué tipo serían. Esto, viniendo de un psiquiatra, ya saben que tiene truco, claro. Imaginarse encarnados en un perro les servirá para hacer una proyección de ustedes mismos y, si son honestos, puede que descubran algún detalle de su "perronalidad" que les sorprenda.Hay perros de muchos tipos claro. Dentro de los caseros los hay pequeñitos, de esos que son blanquitos, con aspecto de peluche y provistos de una coletita. Muy monos pero bastante asquerosos cuando se les acerca alguien ajeno. Empiezan a ladrar e incluso lanzan alguna dentellada tratando de conservar intacto su espacio vital. En mi opinión siempre están muertos de miedo. También los hay gorditos; suelen acompañar a un señor de cierta edad. Estos habitúan a ser simpáticos y bonachones. Supongo que deben pensar que igual ese humano sonriente les dará alguna chuche. Son perros tranquilos y confiados. Hay perros de raza, su linaje les obliga a comportarse siempre como deben, nunca serán realmente libres. Y luego están los chuchos callejeros; alegres supervivientes que aceptan y agradecen su estrella, sea cual sea la que les ilumine en ese instante. En alguna ocasión han afeado mi costumbre de lanzar columnas con una reflexión general sin compartir la mía personal; hoy me mojaré. Si yo fuese un can sería un perro cortijero. De los que se enfadan con las moscas y le ladran al viento, escuchando crecer la hierba subido en lo alto del cerro, con un ojo puesto en la cabra y el otro en mi cabrero.

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