Veintisiete mujeres. Menos de un 5% del total de miembros de ambas Cámaras. Una por Alianza Popular, una por Convergència Democràtica de Catalunya, dos por designación real, tres por el Partido Comunista, nueve por la Unión de Centro Democrática y once por el Partido Socialista Obrero Español. Estas son las cifras de la presencia de las mujeres en la primera legislatura tras el fin de la dictadura franquista, la histórica Legislatura Constituyente; estos son algunos datos de cómo era la España de 1977 para el género femenino: una España muy distinta a la que hoy, gracias a aquellas veintisiete mujeres, a otros muchas que estuvieron antes y que llegaron después y a hombres que nos vieron y nos ven como iguales, tiene 150 diputadas y 102 senadoras. Veintisiete mujeres que hicieron historia y que son historia de este país. Y, tristemente, esta semana hemos tenido que despedir a una de ellas, la almeriense, y Excelentísima Señora, Virtudes Castro García.

No tuve el honor de conocerla, pero supe de su inteligencia y su fuerza y de la firmeza de sus principios por mi abuelo Bartolomé, quien la tenía en muy alta estima y la consideraba una gran política, una gran socialista, una gran compañera de Partido y, por encima de todo, una gran persona. Y hoy, gracias a la página de la web del Congreso dedicada a aquella legislatura, se puede acceder a una fotografía de los diputados y senadores en la sesión inaugural en la que tengo la suerte de poder reconocer a mi abuelo y en la que todos tenemos la suerte de poder ver a la que fue la primera parlamentaria democráticamente elegida de nuestra tierra. Y cuando los miro, como española, como persona interesada en la política de este país y como mujer, solo puedo alegrarme por el magnífico regalo que les reservaba su destino y pensar en la enorme emoción que les llenaría el alma ese día. Sé que para mi abuelo ese fue uno de los días más felices de su vida y aquella época una de las mejores de cuantas vivió y estoy convencida de que para ella lo sería igualmente; el pueblo de Almería, su pueblo, los había elegido, junto a otros tres candidatos de la UCD, para que fueran su voz en el Congreso de los Diputados en un momento crucial de este país y cargado de ilusión, esperanza, retos e incertidumbre a partes iguales. Termino dedicándole a esta pionera de la presencia de las mujeres en el parlamentarismo español las primeras palabras de una mujer en el Hemiciclo, porque de aquel momento llegó el suyo: "Quiero que mis primeras frases sean para saludar al Gobierno de S. M. y a toda la Asamblea. Sintiendo después la necesidad de encontrar disculpa por lo que pudiese parecer osadía (y, es obligación precisa) el ser la primera mujer que hace uso de la palabra desde este sitio, y siendo tan notoria la superior competencia de mis compañeras." (Concepción Loring, Asamblea Nacional, año 1927)

Gracias Virtudes. DEP

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios